Perthes: Vida de adolescente

Tengo la suerte de contar con la mejor familia que se puede tener. Unos padres que dejan de lado el trabajo y todo lo que tengan que hacer. Todo para estar conmigo, apoyarme y darme mucho ánimo todos los días de mi vida. También tengo una hermana pequeña que lo da todo para verme feliz y alegre.

El Perthes me ha traído momentos buenos y malos.

Los momentos buenos de risa, de superación dia tras día, de aprender a apreciar las cosas más pequeñas de la vida, conocer personas con diferentes patologías.

Los momentos malos como aceptación de la enfermedad, varias recaídas, miedos.

En particular os quiero contar algo muy personal y por lo cual es uno de los motivos de hacer este blog.

Esta enfermedad me tocó en una época de niñez-adolescencia muy dura, porque desde el principio me vi como un niño raro. 

Ser un niño raro es no poder correr, saltar como un niño de mi edad.

Por eso tuve recaídas o más conocido como la depresión. 

La depresión es una enfermedad y por lo cual hay que tratarla como tal y no como un problema tabú.

Recomiendo a toda persona tener un psicólogo en su vida, ya que es un médico más pero que nos va a dar unas herramientas para afrontar los problemas de la vida.

Las personas afectadas por una enfermedad debemos de tener un psicólogo, sino se tiene a largo plazo vamos a tener cambios de personalidad.

Mi niñez-adolescencia se ha visto influida por este Perthes. Desde los 11 años que se descubrió hasta los 18 años que recibí el alta en el Hospital 12 de Octubre de Madrid fueron años complicados tanto para mi como para mi familia.

Pero a pesar de la enfermedad puedo decir que he contado con unos médicos muy buenos y siempre han luchado para convencerme para que estudiase.

A lo largo de estos años de enfermedad nunca tuve dolores y con mucho esfuerzo pude aprobar la ESO, me lancé por un grado de formación profesional de grado medio de auxiliar administrativo y finalicé mis estudios con el grado superior de administrativo en el año 2019, cuando tenía 23 años.

Tengo que reconocer que el camino no fue fácil pero conseguí todo aquello que quería.